Òpera de Parìs. Garnier 1865- 1874.
El
romanticismo arquitectónico se desarrolla en Europa, entre fines del siglo
XVIII y mediados del siglo XIX.
Surge
como una añoranza de la arquitectura del pasado, especialmente la arquitectura
medieval, definiendo de esta manera la arquitectura historicista (estudio
del pasado histórico de la arquitectura) y la arquitectura eclecticista (mezcla
de estilos arquitectónicos).
Las
características del romanticismo, determinan la valorización estética de la
arquitectura medievalista y dentro de ella, el gótico: juego de luces y sombras
y la ambientación espiritual de la arquitectura, la predominancia de las
vivencias emocionales y subjetivas de la misma y la imitación de la naturaleza
en sus verticalidades. De esta manera, el romanticismo historicista se apropia
de los prefijos “neo” (“neogótico”, “neorománico”, etc.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario